Todas las intervenciones quirúrgicas y todas las anestesias conllevan algún tipo de riesgo, el cual es muy variable dependiendo, sobre todo, del tipo de intervención y del estado físico previo del paciente. Afortunadamente, los accidentes graves son excepcionales –a pesar de que tienen una gran repercusión social y mediática.
Las complicaciones relacionadas con la anestesia han descendido notablemente durante los últimos 20 años, coincidiendo con la incorporación de medicaciones más potentes y seguras y sofisticados sistemas de control y monitorización. Asimismo, se ha reducido de forma dramática el número de muertes atribuidas a la anestesia.
Actualmente se calcula que el riesgo de muerte directamente causada por la anestesia es de un caso por cada 200.000 procesos. Este riesgo es muy inferior al de sufrir un accidente grave de tránsito.
Los Anestesiólogos están entrenados para enfrentar complicaciones que puedan comprometer la vida o la integridad de sus pacientes y prevén la disposición de los medios, así como los planes de contingencia necesarios ante la posibilidad de que se presente un evento adverso con la finalidad de contrarrestar o minimizar sus consecuencias.
En todo caso, cada paciente y cada intervención conllevan un riesgo específico.
Converse con su Anestesiólogo sobre las complicaciones particulares que pueden asociarse con la intervención a la que se someterá